ciclofosfamida

La ciclofosfamida es un agente alquilante utilizado en quimioterapia y en inmunosupresión. Es un profármaco que, tras metabolismo en el hígado, se activa para formar el metabolito activo fosforamida mustard. Durante su biotransformación también se genera acroleína, una sustancia urotóxica asociada a la cistitis hemorrágica.

Su mecanismo de acción consiste en la formación de enlaces cruzados en el ADN, lo que impide la replicación y la transcripción celular. Es un agente no específico de la fase del ciclo celular, por lo que afecta a células en diversas etapas de su ciclo.

Indicaciones: se utiliza en el tratamiento de diversos linfomas y leucemias, mieloma múltiple y ciertos tumores sólidos. También se emplea en enfermedades autoinmunes graves, como lupus nefrotico y vasculitis, a menudo en regímenes que requieren supresión inmunitaria adicional o cuando otras opciones han sido insuficientes.

Administración y farmacocinética: puede administrarse por vía oral o intravenosa, en ciclos o esquemas de pauta alterna según la enfermedad. Es metabolizada en el hígado y su eliminación se realiza principalmente por los riñones; la función renal puede influir en la exposición al fármaco.

Efectos adversos: la toxicidad hematológica (neutropenia, trombocitopenia) es frecuente. Otros efectos incluyen náuseas, mucositis, alopecia, infertilidad y teratogenicidad. La cistitis hemorrágica, relacionada con la acroleína, es una complicación grave que se puede prevenir con hidratación adecuada y uso de Mesna. También se han descrito nefrotoxicidad, hepatotoxicidad, neumonitis y, con uso prolongado, incremento del riesgo de cáncer secundario.

Advertencias y monitorización: se requieren recuentos sanguíneos periódicos, evaluación de función renal y hepática, y análisis de orina para detectar hematúria. Evitar el embarazo durante el tratamiento y planificar anticoncepción adecuada. Las dosis deben ajustarse en pacientes con insuficiencia renal o hepática y considerar interacciones farmacológicas relevantes.