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tumores

Los tumores son formaciones resultantes de una proliferación celular anormal. En medicina se utiliza el término para referirse a neoplasias, que pueden presentarse como masas o expansiones de tejido y, en algunos casos, como lesiones que no se distinguen fácilmente a simple vista. Los tumores pueden ser benignos o malignos, y su comportamiento depende de su origen y de su capacidad de infiltrarse y diseminarse.

Los tumores se clasifican principalmente en benignos y malignos. Los benignos crecen de manera lenta, son bien

Los tumores se originan en distintos tipos de células y tejidos. Pueden clasificarse por su origen histológico:

El diagnóstico combina examen físico, antecedentes y pruebas de imagen, como ultrasonido, tomografía computarizada o resonancia

El tratamiento se planifica según el tipo, tamaño, localización y estadio del tumor. Las opciones incluyen cirugía,

delimitados,
no
invaden
tejidos
cercanos
ni
metastatizan;
suelen
ser
curables
mediante
extirpación.
Los
malignos,
o
cánceres,
invaden
el
tejido
circundante,
pueden
diseminarse
a
otros
órganos
(metástasis)
y
requieren
tratamiento
multimodal.
También
existen
tumores
pre-malignos,
que
muestran
cambios
celulares
que
pueden
progresar
a
cáncer
si
no
se
atienden.
carcinomas
(epiteliales),
sarcomas
(mesenquimales),
linfomas,
leucemias,
entre
otros.
Factores
como
mutaciones
genéticas,
antecedentes
familiares,
exposiciones
ambientales
y
infecciones
pueden
aumentar
el
riesgo,
aunque
en
muchos
casos
no
se
identifica
una
causa
única.
magnética.
La
confirmación
suele
requerir
una
biopsia
y
el
análisis
histológico.
Otros
estudios
pueden
incluir
marcadores
moleculares
para
determinar
el
tipo
exacto
de
tumor
y
guiar
el
tratamiento.
radioterapia,
quimioterapia,
terapias
dirigidas
e
inmunoterapia,
a
veces
en
combinación.
El
pronóstico
varía
ampliamente;
los
tumores
benignos
suelen
curarse
con
intervención,
mientras
que
los
malignos
pueden
requerir
tratamiento
prolongado
y
seguimiento.