toxicidad

La toxicidad es la capacidad de una sustancia, agente o mezcla para causar daño adverso a un organismo vivo, ya sea a nivel celular, tisular o sistémico. El grado de toxicidad depende de la dosis, la duración de la exposición y la ruta de contacto, así como de la susceptibilidad individual y el estado de salud.

Se clasifica por duración (aguda o crónica) y por órgano afectado (por ejemplo hepatotóxica, nefrotóxica, neurotóxica). También se considera la vía de exposición (oral, inhalatoria, dérmica, ocular) y la forma física o química de la sustancia, que influyen en la absorción y el daño.

Los factores determinantes incluyen la dosis total, la frecuencia y duración de la exposición, la biodisponibilidad y la capacidad de detoxificación del individuo. Los mecanismos pueden ser directos, como la inhibición enzimática o el daño estructural, o indirectos, como respuestas inflamatorias o inmunitarias. En toxicología se emplean indicadores como LD50, LOAEL y NOAEL para evaluar el riesgo y definir límites de seguridad.

La evaluación y regulación de la toxicidad combinan datos in vitro e in vivo, modelos computacionales y guías normativas para establecer límites de exposición ocupacional y de consumo, así como medidas de mitigación y vigilancia ambiental.

Ejemplos comunes son el plomo, el mercurio, solventes orgánicos, pesticidas y el alcohol. En salud pública y farmacología, la toxicidad se estudia para maximizar beneficios terapéuticos y minimizar riesgos, protegiendo también ecosistemas frente a contaminantes. Las medidas preventivas incluyen sustitución por sustancias menos peligrosas, reducción de dosis, ventilación adecuada y uso de protección personal.