hiperbárica

Hiperbárica se refiere al uso de ambientes con presión superior a la atmosférica normal. En medicina, suele asociarse a la cámara hiperbárica y a la terapia de oxígeno hiperbárico (TOHB). Las cámaras pueden ser monoplaza o multiplaza y se llenan con oxígeno puro o aire enriquecido. La presión se mide en atmosferas absolutas (ATA); las sesiones comunes suelen situarse entre 2,0 y 3,0 ATA, con tratamientos múltiples según indicación.

La TOHB administra oxígeno al 100% a presiones superiores a 1 ATA para aumentar el oxígeno disuelto en plasma. Esto mejora la oxigenación de tejidos, facilita la curación de zonas con flujo sanguíneo limitado y puede tener efectos antimicrobianos. Se utiliza como tratamiento complementario en condiciones como intoxicación por monóxido de carbono, descompresión, embolias gaseosas, heridas crónicas que no cicatrizan e ciertos daños tisulares por radiación o infección, siempre basándose en evidencia clínica.

Riesgos y limitaciones incluyen toxicidad por oxígeno (especialmente a nivel del sistema nervioso central y de los pulmones), barotrauma, claustrofobia y complicaciones derivadas de la presión. Existen contraindicaciones absolutas y relativas, como neumotórax no tratado. La terapia debe realizarse bajo supervisión de médicos y personal entrenado en centros especializados, con monitorización y protocolos de seguridad.

Historia y estandarización: los fundamentos de la terapia hiperbárica se investigaron desde el siglo XIX, y su uso médico moderno se consolidó en el siglo XX. Hoy es una modalidad reconocida en muchos sistemas de salud y regulada por normas nacionales e internacionales. Su empleo debe basarse en indicaciones bien establecidas y en la evaluación clínica individual.