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corrosivos

Los corrosivos son sustancias químicas capaces de dañar o destruir otros materiales mediante reacciones químicas. En particular, pueden atacar metales y tejidos biológicos, provocando corrosión, quemaduras o descomposición de materiales expuestos. Su peligrosidad depende de la concentración, temperatura y tiempo de contacto, así como de la naturaleza del material expuesto.

Entre los corrosivos se incluyen ácidos fuertes (como el ácido sulfúrico H2SO4 y el ácido clorhídrico HCl),

Los efectos en las personas incluyen quemaduras en la piel y daño ocular, irritación de las vías

Buenas prácticas de manejo: almacenar en envases compatibles y bien cerrados, etiquetados, en lugares ventilados y

En el manejo y la eliminación, se deben seguir las normativas locales y las recomendaciones de gestión

bases
fuertes
o
hidróxidos
(como
hidróxido
de
sodio
NaOH
y
hidróxido
de
potasio
KOH),
y
ciertas
sustancias
oxidantes
que
pueden
dañar
rápidamente
los
materiales
y
los
tejidos.
También
hay
gases
y
vapores
corrosivos,
como
cloro
y
amoníaco
concentrado,
que
irritan
y
pueden
causar
daños
graves.
respiratorias
y,
a
veces,
efectos
sistémicos.
En
el
medio
ambiente,
pueden
causar
corrosión
de
infraestructuras
y
contaminación
de
agua
si
no
se
gestionan
adecuadamente.
En
la
clasificación
de
riesgos,
suelen
indicar
mensajes
de
peligro
como
"causa
quemaduras
severas
en
la
piel
y
daño
en
los
ojos".
separados
de
sustancias
incompatibles;
utilizar
equipo
de
protección
personal
(guantes
resistentes,
protección
ocular,
ropa
de
manga
larga);
manipular
en
campanas
de
extracción
cuando
sea
posible;
evitar
mezclas
peligrosas
y
realizar
neutralización
o
contención
de
derrames
con
procedimientos
adecuados;
disponer
de
duchas
y
lavaojos.
de
residuos
peligrosos.
Los
residuos
de
corrosivos
deben
recogerse
en
contenedores
apropiados
y
tratarse
mediante
neutralización
o
eliminación
por
un
servicio
autorizado
para
evitar
daños
al
medio
ambiente
y
a
la
salud
humana.