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repulsiva

Repulsiva es un término genérico que describe sustancias o estrategias cuyo objetivo es disuadir o repeler a ciertos organismos para evitar que se acerquen a una fuente de interés, como cultivos, viviendas o personas. Se emplea en ámbitos como la agricultura, el manejo de plagas, la salud pública y la seguridad personal. Los repulsivos pueden ser químicos o no químicos; entre los químicos se distinguen los repelentes, que actúan a distancia, y los irritantes de contacto. También existen señales químicas que confunden o bloquean la detección de atrayentes para la especie objetivo.

Los repulsivos químicos pueden clasificarse por su modo de acción: los que generan un estímulo sensorial desagradable

La eficacia de un repulsivo depende de la especie objetivo, la dosis, la formulación y las condiciones

en
el
organismo
(olor,
sabor,
irritación)
y
los
que
enmascaran
o
alteran
señales
químicas
que
las
plagas
buscan.
En
la
práctica,
se
usan
repelentes
de
insectos,
aromáticos
o
irritantes
para
mamíferos,
entre
otros.
Los
ejemplos
más
conocidos
incluyen
repelentes
de
insectos
basados
en
compuestos
como
DEET,
picaridina
e
IR3535;
extractos
naturales
como
citronella
y
otros
aceites
esenciales.
En
horticultura
y
agricultura,
se
emplean
compuestos
que
emiten
olores
o
sabores
que
ahuyentan
plagas
sin
matarlas,
reduciendo
daños
sin
pesticidas
de
contacto.
ambientales.
La
seguridad
y
la
regulación
varían
según
el
país
e
implican
evaluaciones
de
toxicidad,
impacto
ambiental
y
adecuación
para
usuarios
sensibles.
En
conjunto,
los
repulsivos
constituyen
una
parte
de
las
estrategias
de
manejo
de
plagas
orientadas
a
minimizar
daños
y
limitar
el
uso
de
insecticidas
o
rodenticidas.