desengrasantes

Desengrasantes son productos químicos diseñados para eliminar grasas, aceites y otros recubrimientos orgánicos de superficies. Se emplean en la limpieza industrial, automotriz, metalúrgica y en talleres de maquinaria, así como para la preparación de superficies en fabricación y mantenimiento.

Se clasifican según su modo de acción y composición. Los desengrasantes solventes contienen disolventes orgánicos (hidrocarburos, ésteres o alcoholes) que disuelven las grasas. Los desengrasantes alcalinos o alcalino-emulsificantes utilizan bases y tensioactivos para romper sustancias grasas y permitir su emulsión en agua. También existen formulaciones a base de agua que incorporan tensioactivos y agentes espesantes, y, en algunos casos, enzimas para ciertos aceites.

El mecanismo típico es disolver o emulsionar grasas y aceites; los solventes actúan disolviendo, mientras que los alcalinos suelen hidrolizar y permitir emulsificación. Las formulaciones en agua tienden a reducir la exposición a compuestos orgánicos volátiles (COV) y la inflamabilidad, pero pueden requerir temperaturas o tiempos de contacto mayores.

Usos típicos incluyen desengrase de piezas metálicas y componentes mecánicos, herramientas, motores y equipos de cocina industrial. La selección depende de la superficie, del tipo de grasa, de la compatibilidad con materiales y de las consideraciones de seguridad y ambientales.

Seguridad y medio ambiente: deben emplearse con equipo de protección adecuado, ventilación y almacenamiento seguro. La eliminación de residuos debe cumplir normativas locales e internacionales (por ejemplo, REACH en la UE). Se recomienda priorizar formulaciones biodegradables y de bajo impacto ambiental cuando sea posible.