esquistosomiasis

La esquistosomiasis, también conocida como bilharziasis, es una enfermedad parasitaria causada por trematodos del género Schistosoma. Las especies que infectan con mayor frecuencia a los humanos son Schistosoma mansoni, S. haematobium y S. japonicum. El ciclo de vida implica caracoles de agua dulce como hospedadores intermedios, que liberan cercarias que pueden penetrar la piel humana en contacto con agua contaminada.

Después de la exposición, las cercarias penetran la piel, migran a la circulación y maduran en las venas donde se aparean. Las parejas adultas depositan huevos; muchos quedan en tejidos, provocando inflamación y fibrosis. Algunos huevos llegan al intestino o a la vejiga y se excretan con heces o orina, cerrando el ciclo de transmisión.

La esquistosomiasis se observa en zonas tropicales y subtropicales, principalmente en África subsahariana, así como en partes de América, Medio Oriente y Asia. La transmisión está vinculada a saneamiento deficiente, agua no tratada y actividades que implican inmersión en agua infestada. Las distintas especies suelen provocar manifestaciones clínicas diferentes.

Clínicamente puede presentarse de forma aguda (fiebre, malestar, dolor abdominal o erupciones) y, en su forma crónica, puede causar lesiones hepáticas y esplénicas (S. mansoni y S. japonicum) o sangrado y daño renal/urinario (S. haematobium). En niños, la infección crónica se asocia con anemia, retraso del crecimiento y malnutrición.

El diagnóstico se basa en la detección de huevos en heces o orina, según la especie; también se emplean pruebas serológicas, antígenos y, en algunos casos, PCR. La ecografía puede evaluar daño hepático o urogenital. El tratamiento de primera línea es praziquantel, con dosis adaptadas a la especie; la oxamniquina se utiliza en algunas áreas para S. mansoni. La prevención requiere saneamiento, agua potable, educación para evitar exposiciones y control de los caracoles, acompañado de campañas de administración masiva para reducir la prevalencia.