recristalización

La recristalización es un método de purificación de sólidos basado en la solubilidad diferencial entre un compuesto y sus impurezas frente a la temperatura. Se disuelve la muestra impura en un disolvente adecuado a alta temperatura; al enfriarse, el compuesto deseado cristaliza con mayor pureza, mientras las impurezas quedan en la solución.

La selección del disolvente es crítica: debe disolver bien a alta temperatura y poco a temperatura ambiente, de modo que al enfriar cristalice principalmente el sólido deseado. A veces se emplean pares de disolventes o semillas para controlar la cristalización y expulsar impurezas. También pueden usarse técnicas como la cristalización por antisolvente o la adición de cristales semilla para dirigir el proceso.

Procedimiento a alto nivel: disolver la muestra en el disolvente caliente, filtrar para eliminar sólidos no disueltos, enfriar lentamente para inducir la cristalización y lavar y secar los cristales para eliminar el líquido madre. La pureza se evalúa con métodos como punto de fusión, cromatografía o espectrometría.

Ventajas y limitaciones: es una técnica relativamente simple y de bajo costo que puede producir cristales muy puros. No es adecuada si la impureza se co-cristaliza, si el compuesto se descompone al calor o si no existe una diferencia suficiente en solubilidad entre sustancia y contaminantes. También puede generar distintos polimorfos.

Usos habituales: purificación de compuestos orgánicos, intermedios farmacéuticos y pigmentos. Un control cuidadoso de la selección de disolvente y de la temperatura es clave para lograr altos rendimientos y pureza.