Mecanismo de acción. El losartán bloquea selectivamente el receptor AT1 de angiotensina II, lo que impide los efectos vasoconstrictores y la liberación de aldosterona. Esto provoca la disminución de la presión arterial, reduce la reabsorción de sodio y agua, y disminuye la carga de trabajo del corazón. El fármaco se metaboliza en un metabolito activo con mayor afinidad por el receptor AT1, lo que potencia y prolonga su efecto antihipertensivo.
Formulación y farmacocinética. Losartán se administra por vía oral y se presenta en tabletas. Se metaboliza en el hígado y su metabolito activo es responsable en gran medida de la actividad terapéutica. Su eliminación ocurre principalmente por vía fecal, con aportes menores renales. Su biodisponibilidad oral es moderada y su efecto antihipertensivo se mantiene con dosis diarias o en dosis divididas según la indicación clínica.
Indicaciones y dosis. Las tabletas suelen presentarse en 25 mg, 50 mg y 100 mg. Las dosis se ajustan según la severidad de la hipertensión, la presencia de nefropatía diabética o insuficiencia cardíaca, y la respuesta del paciente. En general, se inicia con una dosis baja y se aumenta gradualmente.
Efectos adversos y precauciones. Los efectos más comunes incluyen mareo, dolor de cabeza y fatiga; la hiperpotasemia puede ocurrir, especialmente en combinación con otros fármacos que elevan potasio. Efectos raros pero potencialmente graves incluyen angioedema. Contraindicaciones principales: embarazo (riesgo teratogénico) y estenosis bilateral de la arteria renal. Se recomienda monitorizar función renal y niveles de potasio, y evitar combinaciones con otros fármacos que afectan el sistema renina-angiotensina (p. ej., otros ARA II, IECA, aliskirano) o con diuréticos ahorradores de potasio y litio. También se debe usar con precaución en pacientes con antecedentes de hipotensión sintomática o deshidratación.