esofagitis

La esofagitis es la inflamación del esófago, el conducto que transporta los alimentos desde la garganta hasta el estómago. Sus causas son diversas y puede variar en gravedad y duración. Por lo general se asocia a dolor o molestia al tragar y a síntomas de reflujo en el caso de la esofagitis por reflujo.

Las formas principales son la esofagitis por reflujo gastroesofágico (la más frecuente), la esofagitis eosinofílica y la esofagitis infecciosa. La primera suele estar relacionada con el reflujo ácido; la segunda con alergias alimentarias; la tercera afecta principalmente a personas con sistemas inmunitarios debilitados.

Síntomas típicos incluyen odinofagia, disfagia, ardor en el pecho, dolor torácico y regurgitación. También puede haber tos, ronquera o dolor al deglutir. Algunas personas, especialmente las infecciosas, presentan fiebre o malestar general.

El diagnóstico se realiza con historia clínica y endoscopia digestiva alta (esofagogastroduodenoscopia) con biopsias. En casos de sospechas de infecciones o de esofagitis eosinofílica se pueden realizar pruebas adicionales (pH esofágico, manometría, recuento de eosinófilos en la biopsia).

El tratamiento depende de la causa. La esofagitis por reflujo se maneja con inhibidores de la bomba de protones, cambios de estilo de vida y, en casos persistentes, cirugía. La esofagitis eosinofílica se trata con dietas de eliminación y, si es necesario, esteroides tópicos para el esófago. Las infecciones se tratan con fármacos antimicrobianos o antifúngicos; la esofagitis inducida por medicamentos se evita retirando el fármaco responsable. En la esofagitis con estenosis, pueden requerirse dilataciones endoscópicas.

Con tratamiento adecuado, la mayoría mejora. Sin manejo, pueden ocurrir complicaciones como estenosis, úlceras, sangrado o perforación; la esofagitis crónica por reflujo puede aumentar el riesgo de cambios en el revestimiento esofágico.