termoplásticos

Los termoplásticos son una clase de polímeros que se vuelven blandos o se funden al calentarse y, al enfriarse, recuperan su forma original. Esta capacidad de ablandarse y reformarse repetidamente facilita su procesamiento y su reciclaje. A diferencia de los termofijos, que endurecen de forma irreversible durante la curación, los termoplásticos pueden ser remoldeados sin sufrir cambios químicos significativos siempre que no se alcance una degradación severa por calor o luz.

En cuanto a su estructura, los termoplásticos suelen ser polímeros lineales o ligeramente ramificados. Su viscosidad disminuye con el aumento de temperatura, lo que permite procesos de fabricación como moldeo por inyección, extrusión, soplado y termoformado. La cristalinidad varía entre amorfos y semicristalinos, influenciando propiedades como rigidez, transparencia y temperatura de servicio. Se consideran relevantes las temperaturas de transición vítrea (Tg) y, para semicristalinos, la temperatura de fusión (Tm).

Entre los termoplásticos más comunes se cuentan el polietileno (PE) en sus variantes LDPE y HDPE; polipropileno (PP); poliestireno (PS); cloruro de vinilo (PVC); PET (tereftalato de polietileno); policarbonato (PC); mayores familias como ABS (acrilonitrilo-butadieno-estireno) y PA (nylón). Sus aplicaciones abarcan envases y embalaje, construcción, automoción, electrónica y bienes de consumo, entre otros.

Ventajas y desafíos se equilibran para cada uso. Sus ventajas incluyen versatilidad, facilidad de procesamiento y reciclabilidad en muchos casos. Desafíos comunes son la sensibilidad al calor y a la luz UV, la posibilidad de deformación en servicio, y la necesidad de gestionar aditivos y residuos para minimizar impactos ambientales. El reciclaje de termoplásticos se realiza principalmente por remoldeado, regranulado o procesos químicos en función del tipo y de la compatibilidad de aditivos.

En la economía circular, el diseño orientado al reciclaje, la separación de residuos y la reducción de sustancias peligrosas son elementos clave para maximizar la reutilización de termoplásticos.