desidratadas

Deshidratadas son las preparaciones alimentarias a las que se les ha eliminado parte o casi toda su agua mediante un proceso de deshidratación. Al reducir la humedad, se disminuye la actividad de agua y se dificulta el crecimiento de microorganismos, lo que prolonga la vida útil del producto y facilita su almacenamiento y transporte.

Los métodos para deshidratar pueden ser diversos. Los más tradicionales incluyen la deshidratación al aire caliente o al sol, que expone los alimentos a temperaturas moderadas para eliminar la humedad. En la industria se emplean deshidratadores con circulación de aire, hornos o secadores especializadas. También existe la deshidratación por liofilización, que elimina el agua por sublimación del hielo bajo vacío; este método preserva mejor el color, el aroma y la mayor parte de los nutrientes, aunque es más costoso. En general, el contenido de humedad final se ajusta para obtener una actividad de agua baja, típicamente por debajo de 0,6, lo que ayuda a inhibir el crecimiento microbiano.

Entre las deshidratadas más comunes se encuentran frutas y verduras deshidratadas, carnes deshidratadas (jerky) y hierbas aromáticas. También se utilizan como snacks o como ingredientes para reconstituir en sopas, guisos o batidos, ya sea para ahorrar sal y calorías o para concentrar sabores.

La rehidratación suele hacerse con agua caliente o caliente con un poco de sal o grasa, dependiendo del alimento, y varía según el tipo y la cantidad de desecado. El almacenamiento debe ser en envases herméticos, en lugar fresco y protegido de la luz, para mantener la calidad. Es fundamental revisar olor, color y textura para detectar signos de deterioro, moho o olores anormales.