cáñamo

Cáñamo es el nombre común de las variedades de Cannabis sativa cultivadas principalmente con fines industriales. Se distingue por su baja concentración de THC, el compuesto psicoactivo, y por su abundante fibra y semilla. En la mayoría de marcos regulatorios, el cáñamo se clasifica por debajo de un umbral de THC (habitualmente entre 0,2% y 0,3% en peso) para distinguirlo de las variedades de cannabis usadas como droga.

Las fibras de cáñamo se utilizan tradicionalmente en textiles, cuerdas, papel y lonas, y en la actualidad también en bioplásticos, materiales de construcción y componentes de automoción. Las semillas, por su parte, se consumen en la alimentación: pueden comerse enteras, prensarse para obtener aceite de cáñamo rico en grasas insaturadas, o transformarse en harinas y proteínas vegetales. Los subproductos del cultivo también se emplean en cosmética y en piensos.

El cáñamo es una planta anual que puede adaptarse a diversos climas; requiere suelos bien drenados y buena exposición solar. El rendimiento y la calidad de la fibra dependen de la variedad, el manejo agronómico y la cosecha. Los cultivos de cáñamo pueden ser parte de rotaciones agroforestales o de sistemas agroindustriales, con énfasis en la sostenibilidad y la reducción de pesticidas cuando se utilizan prácticas adecuadas.

La situación legal del cáñamo varía por país. En muchos lugares se permite su cultivo siempre que el THC permanezca por debajo del umbral legal; en otros está restringido o prohibido. Los marcos regulatorios también condicionan la producción de semillas, la extracción de aceite y la comercialización de productos derivados.