arañazos

Arañazo, en plural arañazos, es la marca o lesión en la piel provocada por rasguños con uñas, garras u otros bordes afilados. El término deriva del verbo arañar y se usa para describir tanto las marcas superficiales en superficies como las lesiones cutáneas causadas por animales, plantas o herramientas.

Las causas más comunes de arañazos son las uñas de gatos y perros, que pueden producir abrasiones leves en la piel. También pueden originarlos espinas o uñas de plantas, objetos afilados, o un rascado excesivo. En algunas personas, especialmente quienes tienen piel sensible o inmunidad comprometida, las arañazos pueden complicarse por infección.

Los síntomas típicos incluyen enrojecimiento, dolor, picor y, a veces, sangrado leve. Si la zona se infecta, puede haber calor, hinchazón, dolor creciente o salida de pus. En el caso de arañazos provocados por gatos, existe un riesgo asociado conocido como enfermedad por arañazo de gato, causada por Bartonella henselae, que puede presentar fiebre y adenopatía. Aunque rara, la infección sistémica requiere atención médica.

Tratamiento: lavar la zona con agua y jabón, desinfectar y cubrir con una venda si es necesario. Las arañazos superficiales suelen sanarse sin antibióticos; se emplean si hay infección o factores de riesgo. Buscar atención médica ante sangrado abundante, dolor intenso, signos de infección persistentes, o si el arañazo acompaña a fiebre o malestar general. Mantener al día la vacuna antitetánica según indicaciones.

Prevención: mantener uñas cortas y limpias; usar guantes al manipular mascotas o plantas espinosas; evitar juegos que provoquen arañazos bruscos; tratar y revisar a las mascotas para prevenir infecciones.