Enlatados

Enlatados son alimentos preservados en envases de metal, normalmente latas, que permiten conservar la comida durante largos periodos mediante un proceso de envasado estéril y sellado hermético. Los enlatados pueden contener frutas, verduras, carnes, pescados, legumbres, sopas, salsas y platos listos para el consumo.

El proceso de enlatado implica selección y limpieza de la materia prima, preelaboración (blanqueo o cocción), llenado de la comida en las latas, sellado y esterilización mediante calor intenso (retort). Esta combinación destruye microorganismos y crea una atmósfera estanca que evita el deterioro. Tras el envasado, las latas se etiquetan y almacenan; los productos pueden durar meses o años si se mantienen en lugar fresco y seco. Una vez abiertas, deben refrigerarse y consumirse en pocos días.

Historia: la técnica de enlatado se desarrolló a comienzos del siglo XIX, con aportes de Nicolas Appert, y fue ampliada y refinada en Europa y otras regiones. Su adopción creció durante el siglo XX, ganando importancia en la alimentación doméstica, en la industria y en expediciones y servicios militares.

Tipos y ejemplos: conservas de pescado (atún, sardinas), vegetales (maíz, guisantes), frutas (piña, durazno), salsas, purés y comidas listas como guisos o sopas. En español, el término enlatados se relaciona estrechamente con conservas en latas.

Salud y seguridad: los enlatados pueden contener sodio o azúcares añadidos, y algunos envases han utilizado recubrimientos con BPA, aunque muchos fabricantes han migrado a recubrimientos sin BPA. Cualquier lata abombada, dañada o hinchada debe desecharse por riesgo de botulismo. Se recomienda revisar fechas de caducidad y almacenar en lugar fresco y seco.