oxigenoterapia

La oxigenoterapia es una terapia médica que consiste en proporcionar oxígeno suplementario a través de dispositivos para aumentar la presión parcial y la saturación de oxígeno en la sangre. Su objetivo es corregir o prevenir la hipooxemia y mejorar la oxigenación de los tejidos, especialmente en personas con enfermedades respiratorias o cardiovasculares.

Indicaciones comunes incluyen hipooxemia asociada a enfermedades pulmonares crónicas (fibrosis, EPOC), insuficiencia cardíaca congestiva, neumonía, edema pulmonar, postoperatorio y ciertas condiciones neonatales o pediátricas. En pacientes con hipoxemia crónica, la oxigenoterapia a domicilio puede prolongar la supervivencia y mejorar la tolerancia al esfuerzo. La decisión se toma mediante evaluación clínica, oximetría de pulso y, cuando es necesario, gasometría arterial.

Se administra por diversas vías: cánula nasal para oxígeno de flujo moderado, mascarillas con o sin reservorio, y sistemas de alto flujo en hospital; en casos crónicos puede utilizar concentradores de oxígeno o cilindros. En la fase aguda, se puede recurrir a asistencia ventilatoria no invasiva. La dosis se ajusta para alcanzar un objetivo de SpO2 específico.

El uso de oxígeno debe ser prescrito y supervisado por profesionales de la salud. Riesgos: oxigenación excesiva puede provocar toxicidad y retención de CO2 en algunos pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica; uso inapropiado aumenta riesgo de incendios. Eficacia y dosis deben monitorizarse mediante oximetría y, si procede, pruebas gasométricas. Los equipos requieren mantenimiento y revisión periódica, especialmente en pacientes ambulatorios.

En resumen, la oxigenoterapia es clave para tratar la hipooxemia en diversas condiciones, pero no es curativa y debe integrarse con tratamiento de la enfermedad subyacente y control médico adecuado.