hiperventilación

La hiperventilación es un incremento de la ventilación pulmonar que excede las necesidades metabólicas del organismo, lo que genera una disminución de la presión de dióxido de carbono en la sangre (hipocapnia). Puede ocurrir de forma aguda o crónica y puede ser voluntaria o involuntaria. A menudo está asociada a ansiedad o ataques de pánico, dolor intenso o estrés, pero también puede derivar de fiebre, ciertas intoxicaciones, problemas respiratorios o metabólicos.

Causas y desencadenantes: trastornos de ansiedad, ataques de pánico, dolor agudo, fiebre, hipoxia relativa, intoxicaciones (por ejemplo, estimulantes), prostres psicológico, o como respuesta compensatoria en algunas condiciones médicas. En pacientes agudos, es fundamental distinguirla de hipoxemia, insuficiencia cardiopulmonar u otras causas de disnea.

Fisiopatología y síntomas: al respirar de forma rápida y profunda, se elimina CO2 más rápidamente de lo que se produce, provocando alcalosis respiratoria y, con ello, vasoconstricción cerebral. Esto puede provocar mareo, hormigueo alrededor de la boca y en extremidades, sensación de desmayo, dolor torácico y palpitaciones. La saturación de oxígeno suele ser normal o alta.

Diagnóstico: basado en la clínica y pruebas complementarias cuando procede. Gasometría arterial o capnografía pueden mostrar pH elevado y PaCO2 baja; pueden aparecer alteraciones electrolíticas (hipocalcemia o hipopotasemia) como complicaciones de la alcalosis.

Tratamiento y manejo: identificar y tratar la causa subyacente, tranquilizar al paciente y aplicar técnicas de respiración lenta y controlada (por ejemplo inhalar 4 segundos, exhalar 6–8 segundos). Reforzar la tolerancia a la insatisfacción respiratoria y, si es necesario, manejo médico de la ansiedad. En casos graves o atípicos, evaluación médica adicional es esencial para descartar causas potencialmente peligrosas.