respirar

Respirar es un verbo español que designa la acción de inhalar y exhalar aire mediante el aparato respiratorio. En sentido biológico, describe el proceso de intercambio de gases que permite a los seres humanos y a otros organismos obtener oxígeno y eliminar dióxido de carbono. También se usa de forma figurada para referirse a una necesidad vital o a la acción de tomar aire para calmarse o recuperar el ánimo.

Etymología y uso. Proviene del latín respirare, formado por re- “de nuevo” y spirare “soplar, respirar”. Es un verbo intransitivo, con el que no se utiliza un objeto directo. En la práctica clínica y pedagógica se diferencia de inspirar (que a veces se usa para referirse específicamente a la entrada de aire) y exhalar (expulsar aire).

Conjugación y formas relevantes. Es regular en todas las épocas. En presente de indicativo se dice: respiro, respiras, respira, respiramos, respiran. Otros tiempos comunes: pretérito respiré, respiraste, respiró, respiramos, respiraron; imperfecto respiraba, respirabas, respiraba, respirábamos, respiraban. Participio: respirado; gerundio: respirando. El uso correcto puede variar con dialectos, pero la estructura básica es regular.

Fisiología. La respiración implica el trabajo de los pulmones, el diafragma y los músculos intercostales. Durante la inhalación, el diafragma se contrae y el tórax se expande; durante la exhalación, el aire sale de los pulmones. El intercambio de oxígeno y dióxido de carbono ocurre en los alvéolos y la regulación está a cargo de centros en el tronco encefálico, con influencia de quimioreceptores y del pH sanguíneo. En adultos tranquilos, la frecuencia normal es aproximadamente 12–20 respiraciones por minuto.

Salud y variaciones. Patologías pueden alterar la respiración (taquipnea, bradipnea, apnea, hyperventilación). Las técnicas de respiración diafragmática y el control consciente del ritmo pueden ser útiles en manejo del estrés y en ciertos tratamientos médicos.