depredadores

Depredadores son organismos que matan y se alimentan de otros seres vivos, normalmente de una o varias presas. En ecología ocupan un nivel trófico superior y cumplen un papel clave en el control de poblaciones y en el flujo de energía entre niveles. Se diferencian de los carroñeros, que consumen cadáveres, y de los parásitos, que viven a expensas de un huésped sin ocasionarle la muerte inmediata.

Existen diversas estrategias depredadoras. Los depredadores activos persiguen a sus presas, empleando velocidad y resistencia; otros son acechadores, que se camuflan y atacan por sorpresa; también hay depredadores de emboscada. Algunas especies utilizan venenos, como serpientes o arañas, mientras que otras dependen de armas físicas como garras y dientes afilados. Los sentidos pueden estar especialmente desarrollados, con visión, olfato o audición agudizados para localizar presas.

Las interacciones entre depredadores y presas influyen en la estructura de comunidades y pueden generar efectos en cascada trófica, afectando la abundancia de herbívoros y la vegetación. La presión de depredación y la disponibilidad de presas favorecen la adaptación y la coevolución entre especies, fomentando estrategias defensivas en las presas y mejoras en las capacidades de caza en los depredadores.

Entre los depredadores destacan diversos grupos: mamíferos como el lobo y el león; aves rapaces como el águila; reptiles como el cocodrilo; peces depredadores como el tiburón blanco; y numerosos invertebrados como pulpos y arañas. La presencia y conservación de depredadores es importante para mantener la biodiversidad y la salud de los ecosistemas, aunque puede generar conflictos con actividades humanas.