dúctiles

Los materiales dúctiles son aquellos que pueden deformarse plásticamente de forma significativa antes de fracturarse. La ductilidad se evalúa en ensayos de tracción y se expresa como elongación a la rotura o como reducción de área. En general, permiten cuello de tracción y absorben energía durante la deformación, a diferencia de los frágiles.

Los metales son los ejemplos más comunes: acero, aluminio, cobre, níquel y titanio. También algunos polímeros muestran ductilidad a determinadas temperaturas o composiciones. La ductilidad depende de la temperatura, la velocidad de deformación y de la presencia de impurezas o fases.

La ductilidad está vinculada a la movilidad de dislocaciones y a la estructura cristalina. Las estructuras FCC suelen ser más dúctiles que las BCC, especialmente a altas temperaturas. El tamaño de grano, los tratamientos térmicos y la composición influyen en la ductilidad, a veces a expensas de la resistencia.

La ductilidad es clave para procesos de conformado como laminado, extrusión y estirado, y para la seguridad de componentes estructurales. Existe una transición ductil-frágil, notable en aceros, que describe la pérdida de ductilidad a bajas temperaturas.

En terminología de materiales, la ductilidad se distingue de la tenacidad y de la maleabilidad. La ductilidad es la deformación plástica bajo tracción; la tenacidad es la energía absorbida hasta la fractura; la malleabilidad describe deformación bajo compresión. La comprensión de la dúctilidad facilita el balance entre formabilidad y resistencia en el diseño de componentes.