Suelos

Los suelos son la capa superficial de la litosfera, resultado de la descomposición de rocas y de la actividad de organismos, y cumplen funciones fundamentales para la vida, la producción de alimentos y el ciclo del agua. Están compuestos por minerales, materia orgánica, agua y aire, y almacenan carbono, sostienen las plantas y regulan la disponibilidad de nutrientes.

La formación de suelos, o pedogénesis, depende de la interacción entre el material parental, el clima, el relieve, la biota y el tiempo. A través de procesos de meteorización, humificación y eluviación, las partículas minerales se transforman y se mezclan con materia orgánica, dando lugar a capas o horizontes, que varían según el lugar. Los horizontes típicos incluyen O (materia orgánica superficial), A (mezcla de minerales con humus), E (eluviación de ciertos minerales), B (acumulación de productos de alteración) y C (material parental poco modificado); R representa roca madre. La textura (arena, limo y arcilla), la estructura y el pH influyen en la retención de agua y nutrientes.

Existen diversos sistemas de clasificación de suelos, como WRB (FAO) o USDA NRCS, que organizan suelos por propiedades y usos. La gestión sostenible del suelo es clave para la seguridad alimentaria, la biodiversidad y la mitigación del cambio climático, ya que el suelo almacena carbono y regula el agua. Las principales amenazas son la erosión, la compactación, la salinización y la contaminación. Las prácticas de conservación, como mantener cobertura vegetal, rotación de cultivos, manejo de residuos y control de la erosión, ayudan a conservar la fertilidad y la estructura del suelo.