progestinas

Las progestinas, también conocidas como progestágenos sintéticos, son compuestos que imitan los efectos de la progesterona natural activando los receptores de progesterona. Se utilizan en endocrinología y obstetricia para anticoncepción, terapia hormonal de reemplazo y el tratamiento de ciertas condiciones ginecológicas.

Mecanismo de acción: las progestinas bloquean o reducen la ovulación al inhibir la secreción de hormonas gonadotropas, espesan la mucosidad cervical para dificultar la penetración de los espermatozoides y producen cambios en el revestimiento del útero que dificultan la implantación. Se pueden usar solas o en combinación con estrógenos; en dosis adecuadas, los administradores combinados aprovechan sinergias anticonceptivas, mientras que las formulaciones solo de progestina dependen principalmente de cambios endometriales y cervicales.

Usos y formulaciones: se emplean en anticoncepción hormonal (píldoras combinadas, píldoras solo progestina, inyecciones, implantes y dispositivos intrauterinos con levonorgestrel), en terapia de reemplazo hormonal para la menopausia y en tratamiento de condiciones como endometriosis y sangrado uterino anormal. Existen múltiples perfiles de acción según la progestina específica, incluyendo efectos androgénicos o antiandrogénicos, que influyen en efectos secundarios y tolerabilidad.

Seguridad y consideraciones: las progestinas pueden provocar cambios menstruales, variaciones en el peso, acné, dolor de cabeza o cambios de ánimo. Los métodos combinados con estrógenos conllevan un mayor riesgo de tromboembolismo venoso; las diferentes progestinas presentan distintos perfiles metabólicos y androgénicos. En uso prolongado, especialmente con inyecciones de progestina, puede haber afectación de la densidad ósea.

Ejemplos comunes: norethindrona, levonorgestrel, desogestrel, gestodeno, drospirenona, medroxiprogesterona acetato y etonogestrel (implante).