perecederos

Los perecederos son bienes que tienen una vida útil limitada y que se deterioran con rapidez si no se almacenan o consumen adecuadamente. En su uso común, el término se aplica principalmente a productos alimentarios, pero también abarca ciertos productos farmacéuticos, cosméticos y flores que requieren condiciones de conservación específicas para mantener su calidad y seguridad.

El deterioro de los perecederos está influido por factores como la temperatura, la humedad, el oxígeno, la luz y la contaminación microbiana. A temperaturas inadecuadas durante el transporte o el almacenamiento, la proliferación de microorganismos puede hacer que el producto sea inseguro, además de perder valor nutricional, sabor y textura.

Entre los perecederos figuran carnes, pescados, lácteos, frutas y verduras frescas, preparaciones cocinadas, huevos y otros productos que requieren refrigeración. También existen fármacos sensibles a la temperatura y flores cortadas. Por lo general llevan una fecha de caducidad o una fecha de consumo preferente. La caducidad indica que después de esa fecha podría ser peligroso consumir el producto; la fecha de consumo preferente señala la calidad óptima, no necesariamente la seguridad.

Para garantizar su seguridad y minimizar pérdidas, se aplica la cadena de frío desde la producción hasta el consumo, con almacenamiento y transporte refrigerado o congelado, prácticas de higiene, envasado adecuado y rotación de stock. Los perecederos están sujetos a regulaciones sanitarias y controles de seguridad alimentaria en cada país. La gestión de estos productos busca reducir desperdicios, proteger la salud pública y mantener la disponibilidad de alimentos y bienes sensibles.