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neurotoxinas

Las neurotoxinas son sustancias tóxicas que afectan el sistema nervioso central o periférico, interfiriendo con la transmisión de señales entre neuronas o con la función de las membranas neuronales. Pueden ser de origen natural o sintético y su impacto puede ser agudo, progresivo o crónico, dependiendo de la dosis, la ruta de exposición y la química de la sustancia.

Los mecanismos de acción abarcan la inhibición o facilitación de la liberación de neurotransmisores, el bloqueo

Entre las neurotoxinas naturales destacan la toxina botulínica y la toxina tetánica, las neurotoxinas marinas como

El diagnóstico se basa en la historia clínica, hallazgos neurológicos y, cuando es posible, pruebas toxinológicas.

o
modulación
de
receptores,
y
la
alteración
de
canales
iónicos
o
transportadores
neuronales.
Algunas
neurotoxinas
impiden
la
liberación
de
acetilcolina
en
la
unión
neuromuscular
(p.
ej.,
la
toxina
botulínica),
otras
inhiben
la
acetilcolinesterasa
(p.
ej.,
organofosforados).
También
existen
neurotoxinas
que
bloquean
canales
de
sodio
o
que
interfieren
con
la
inhibición
GABAérgica,
provocando
distintas
formas
de
disfunción
neurológica.
la
saxitoxina
y
la
tetrodoxina,
y
compuestos
producidos
por
cianobacterias
como
anatoxina.
Las
neurotoxinas
ambientales
incluyen
metales
pesados
como
plomo,
mercurio
y
arsénico,
así
como
ciertos
pesticidas
organofosforados.
La
exposición
puede
ocurrir
por
ingesta,
inhalación
o
absorción
cutánea,
y
sus
efectos
varían
desde
parestesias
y
debilidad
hasta
parálisis
y
fallo
respiratorio.
El
tratamiento
es
principalmente
de
soporte
y
sintomático;
puede
incluir
antitoxinas
específicas
(por
ejemplo,
para
botulismo),
agentes
quelantes
para
metales,
descontaminación
y
medidas
de
soporte
vital.
En
medicina,
algunas
neurotoxinas
se
emplean
a
dosis
controladas
para
tratar
trastornos
musculares
o
dolor
crónico.
La
prevención
se
apoya
en
controles
de
seguridad,
regulación
y
monitoreo
ambiental.