hipóxiaischemia

La hipoxia-ischemia es una condición clínica causada por la disminución simultánea de la entrega de oxígeno y del flujo sanguíneo a los tejidos. La hipoxia implica oxigenación insuficiente y la isquemia, reducción del suministro de sangre. En términos prácticos, puede dañar órganos especialmente sensibles como el cerebro, el corazón y los riñones.

Fisiopatología: ante la falta de oxígeno y perfusión, las células dependen de la glucólisis anaeróbica, con consumo de ATP y acidosis. Esto provoca fallo de las bombas iónicas, edema celular y daño de membranas. La liberación excesiva de glutamato y la entrada de calcio desencadenan daño excitotóxico; la reperfusión genera estrés oxidativo e inflamación.

Etiologías y manifestaciones: en neonatos, la hipoxia-ischemia puede causar encefalopatía hipóxico-ischemícа y daño cerebral permanente. En adultos, suele presentarse tras un infarto, paro cardíaco, anemia severa o intoxicaciones por monóxido de carbono. Las manifestaciones dependen del órgano afectado; en el cerebro, pueden aparecer alteración de la conciencia, convulsiones y déficits neurológicos.

Diagnóstico y tratamiento: el diagnóstico combina clínica, laboratorio (lactato, gasometría) e imágenes. La resonancia magnética con difusión es útil para evaluar la lesión cerebral. El tratamiento es principalmente de soporte: asegurar oxigenación y perfusión, corregir desequilibrios metabólicos y controlar convulsiones; en la hipoxia-ischemia neonatal se utiliza hipotermia terapéutica.

Pronóstico y prevención: el pronóstico depende de la duración y severidad de la hipoxia-ischemia y de la rapidez de la intervención. La prevención implica atención perinatal adecuada, manejo de emergencias y tratamiento de causas subyacentes.