antiácidos

Los antiácidos son medicamentos de acción rápida que neutralizan la acidez estomacal. Se utilizan para aliviar temporalmente la acidez, la indigestión y el dolor asociado al reflujo gastroesofágico leve. Proporcionan alivio inmediato, pero su efecto es breve y no tratan la causa subyacente de los síntomas.

Principios activos y formulaciones comunes: los antiácidos contienen carbonato de calcio, hidróxido de magnesio, hidróxido de aluminio o bicarbonato de sodio, a veces en combinaciones. Algunos productos incorporan alginatos, que forman una capa protectora para reducir el reflujo. Existen versiones en tabletas masticables y en suspensiones líquidas.

Mecanismo y duración: neutralizan el ácido clorhídrico en el estómago, elevando el pH y aliviando la irritación de la mucosa. El inicio es rápido, a los minutos de la toma; la duración típica es de 1 a 3 horas, dependiendo de la formulación y de la comida.

Modo de uso: se deben tomar según las indicaciones del prospecto, masticando las tabletas y bebiendo agua. No exceder la dosis recomendada y espaciar la toma de otros fármacos cuando sea necesario.

Efectos adversos y precauciones: pueden provocar estreñimiento (calcio y aluminio) o diarrea (magnesio). Los productos con sodio pueden aumentar la ingesta de sodio y afectar la presión arterial o la retención de líquidos. En enfermedad renal, el uso de ciertos ingredientes debe evaluarse por un profesional. Pueden interferir con la absorción de otros fármacos (tetraciclinas, fluoroquinolonas, hierro, bisfosfonatos, levotiroxina); espacia su toma al menos 2 a 4 horas.

Cuándo consultar: dolor torácico intenso, dificultad para tragar, pérdida de peso, sangre en heces, o síntomas persistentes a pesar del tratamiento. Los antiácidos son una opción de alivio rápido, distinta de los antiulcerosos de acción prolongada como los antagonistas de H2 o los inhibidores de la bomba de protones.