Gasolina

Gasolina es un combustible líquido derivado del petróleo, utilizado principalmente en motores de combustión interna de encendido por chispa. Se comercializa en diferentes grados (regular, midgrade y premium) y se caracteriza por su octanaje, que indica resistencia a la detonación.

Químicamente es una mezcla de hidrocarburos ligeros y aditivos para detergencia, anticorrosión y estabilidad. En muchas regiones se comercializa mezclada con etanol, dando combustibles como E10 o E85; el octanaje se expresa como RON o AKI, siendo común 87–93 para automóviles de consumo.

Se obtiene en refinerías mediante destilación del petróleo crudo y procesos posteriores como reformado, alquilación y desulfuración para mejorar rendimiento y reducir emisiones. Su energía se mide por densidad energética, de aproximadamente 34 MJ por litro.

Su uso principal es en automóviles y motocicletas; se almacena en instalaciones adecuadas y debe manipularse para evitar incendios y pérdidas por evaporación. La gasolina emite contaminantes como CO2, monóxido de carbono y compuestos orgánicos volátiles cuando se quema.

Las regulaciones limitan el contenido de azufre y los vapores evadidos, y exigen aditivos y controles de evaporación para reducir el impacto ambiental. En muchos lugares se impulsan mezclas con biocombustibles y alternativas para disminuir la dependencia de los combustibles fósiles.

Con la transición energética, la gasolina comparte espacio con biocombustibles y vehículos eléctricos; su uso podría estabilizarse en motores compatibles con mezclas de etanol, mientras se despliegan tecnologías para emisiones más limpias.