volcánicos

Volcánicos es un adjetivo utilizado en español para describir lo relacionado con los volcanes y su actividad. En geología, se aplica con frecuencia a las rocas y procesos que se originan durante o tras erupciones volcánicas. El término abarca tanto las manifestaciones superficiales como las estructuras y materiales que dejan las erupciones.

Las rocas volcánicas, también llamadas rocas ígneas extrusivas, se forman cuando el magma alcanza la superficie o se enfría rápidamente cerca de ella. Este enfriamiento rápido da lugar a texturas finas o vítreas, y a menudo presentan vesículas dejadas por el gas. Ejemplos comunes son basalto, andesita, riolita y obsidiana, así como pumita, escoria y cenizas volcánicas. Las acumulaciones de ceniza y las ignimbritas representan depósitos volcánicos importante para la historia eruptiva.

En función de la composición, las rocas volcánicas se clasifican en maficas (básalto y andesita) y félsicas (riolita, obsidiana). La viscosidad, que depende de la composición silícea, influye en el estilo de erupción: volcanes de escudo con flujos de lava más fluidos frente a volcanes estratovolcánicos con erupciones explosivas y densas nubes de cenizas.

Los volcanes se originan en ambientes geológicos como zonas de subducción, cinder ridges y puntos calientes. Las rocas volcánicas registran la historia de estas actividades y, a través de su estudio, se interpretan procesos de generación magmática, diferenciación y eruptividad. Los volcanes también modifican el suelo y el paisaje, y presentan riesgos como flujos piroclásticos, avalanchas de ceniza y lahars, que se monitorizan mediante sismología, teledetección y muestreos químicos.