microscópica

La palabra microscópica se utiliza para designar aquello que está relacionado con el microscopio o con objetos tan pequeños que requieren magnificación para ser vistos. Proviene del griego mikrós, pequeño, y skopeîn, ver, y se aplica tanto a técnicas como a estructuras o fenómenos observables solo a través de instrumentos de observación aumentada.

La microscopía es la disciplina que estudia lo microscópico. Sus enfoques principales se clasifican en microscopía óptica y microscopía de alta resolución que utiliza electrones, así como en técnicas no ópticas como la microscopía de fuerza atómica. Cada método tiene sus solvencias: la óptica emplea luz para ampliar imágenes y permite observar muestras vivas o preparadas, mientras que la electrónica o la de fuerza permite resoluciones mucho mayores, a nivel de moléculas o átomos, pero con condiciones de muestra más exigentes.

Las estructuras microscópicas abarcan desde células y organelos en biología hasta defectos, grain boundaries y nanomateriales en ciencia de materiales. El análisis microscópico facilita la identificación de componentes, relaciones estructurales y procesos a escala micro, que no son accesibles a simple vista. En la práctica se aplica preparación de muestras, tinciones, imagen en color o en escala de grises y, según el método, técnicas de digitalización y reconstrucción para estudiar la morfología, composición y dinámica de los objetos.

La observación microscópica ha sido decisiva para avances en medicina, genética, microbiología, nanotecnología y calidad de materiales. Aunque el término microscópico cubre una escala amplia, en general se refiere a aquello que requiere instrumental para su visualización y análisis.