maletas

Las maletas son contenedores portátiles diseñados para transportar ropa y objetos personales durante viajes. Se utilizan para organizar, proteger y facilitar el traslado de pertenencias. Se clasifican principalmente en maletas de mano, que se llevan en la cabina, y maletas facturables, que se despachan para ir en la bodega del transporte.

Materiales y diseño: las maletas blandas suelen estar hechas de textiles como nylon o poliéster, mientras que las rígidas emplean materiales como policarbonato, ABS o aluminio. Las características habituales incluyen ruedas, asas telescópicas, compartimentos internos, correas de sujeción y cierres resistentes. Muchas incorporan candados y, en algunos países, cerraduras aprobadas por las autoridades de seguridad (TSA en Estados Unidos, por ejemplo).

Tamaños y normativas: las medidas y el peso permitidos varían según la aerolínea. Las maletas de mano suelen respetar un rango cercano a 55 x 40 x 20 cm, con peso limitado, mientras las maletas facturables pueden ser significativamente más grandes. Además, las maletas pueden ofrecer funciones adicionales como compartimentos para dispositivos electrónicos, bolsillos con protección, y, en algunos casos, sistemas de control de peso o sensores de seguridad.

Historia y uso: desde baúles de cuero y madera en épocas anteriores, el equipaje evolucionó hacia soluciones livianas y resistentes. En el siglo XX se popularizaron las maletas rígidas y blandas, impulsadas por el desarrollo de nuevos materiales y cadenas de producción. Las marcas especializadas han ampliado opciones para distintos tipos de viaje.

Cuidado y manejo: se recomienda evitar sobrecargar, revisar cierres, mantenerlas secas y limpiar las superficies para prolongar su vida útil.