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laceraciones

Una laceración es un desgarro irregular de la piel y, a menudo, de tejidos subyacentes, causado por un trauma contuso o de alta energía. A diferencia de una incisión, presenta bordes irregulares y posible tejido expuesto. Puede afectar solo la piel o involucrar grasa, fascia, músculo, tendones o vasos.

Clasificación: por profundidad (superficial o profunda); por contaminación (limpia, contaminada, infectada); por localización y estructuras comprometidas.

Causas: golpes, caídas, accidentes laborales, mordeduras o atrapamientos. Las laceraciones suelen ser abiertas y pueden asociarse

Signos y diagnóstico: dolor, sangrado variable, bordes irregulares y posible tejido expuesto. Se realiza examen físico

Tratamiento y primeros auxilios: reducir la hemorragia con presión directa; limpiar y debridar la herida; irrigación

Pronóstico y complicaciones: la infección, la dehiscencia de la herida, cicatrices irregulares y, en casos de

Prevención: uso de protección adecuada, entornos seguros y manejo adecuado de heridas menores para evitar complicaciones.

Las
laceraciones
profundas
o
en
zonas
con
estructuras
importantes
pueden
requerir
abordajes
especializados.
a
cuerpos
extraños
o
contaminación.
con
valoración
de
la
función
neurovascular
distal;
en
caso
de
sospecha
de
daño
profundo
o
cuerpo
extraño,
se
pueden
solicitar
radiografías
u
otras
imágenes.
con
solución
salina.
Evitar
retirar
objetos
incrustados.
Cubrir
con
apósito
limpio
y
buscar
atención
médica.
El
cierre
definitivo
(suturas,
grapas
o
adhesivo)
se
decide
según
limpieza,
bordes
y
riesgo
de
infección;
pueden
indicarse
antibióticos
profilácticos
y
vacunas
antitetánicas
según
el
estado
del
paciente.
Control
del
dolor
y
seguimiento
de
la
herida
son
importantes.
daño
profundo,
afectación
funcional.
El
pronóstico
depende
de
la
profundidad,
la
localización,
la
contaminación
y
la
rapidez
del
tratamiento.