fraccionamiento

Fraccionamiento es un sustantivo derivado de fracción. En español tiene dos usos principales: urbano-urbanístico y, con menor frecuencia, matemático o financiero. En inmobiliario, el término describe un desarrollo de vivienda organizado a partir de la subdivisión de un terreno mayor.

En el ámbito inmobiliario, un fraccionamiento es un desarrollo de vivienda creado al subdividir un terreno en lotes para viviendas, comercios o servicios. Suele incluir calles, redes de agua, alcantarillado, electricidad y alumbrado, además de áreas verdes y equipamiento común. Cada lote tiene escritura individual y el conjunto se rige por normas de convivencia, con una asociación o administradora que gestiona las áreas compartidas.

Creación y gestión: su aprobación depende de autoridades municipales y del cumplimiento de planes de desarrollo y usos de suelo. La infraestructura puede financiarse durante la etapa de proyecto o mediante aportes de los compradores. Una vez en funcionamiento, la administración de servicios y áreas comunes puede recaer en una asociación de copropietarios o en una empresa administradora.

Ventajas y desventajas: promueve una urbanización ordenada y servicios estandarizados, pero implica costos de mantenimiento y posibles restricciones en el uso de las parcelas. En la compraventa, cada lote se transfiere por escritura individual y el valor del conjunto puede influir en el precio de las propiedades.

En otros contextos, fraccionamiento puede referirse a la acción de dividir una cantidad en fracciones o a planes de pago en cuotas, como el fraccionamiento de pagos. En matemática y finanzas, estos usos son más específicos y se expresan con otros términos.