explicación

Explicación es el proceso de aclarar por qué y cómo ocurre un fenómeno, una idea o un hecho. Implica presentar las razones, las evidencias y el razonamiento que justifican una determinada interpretación. Su objetivo es hacer comprensible lo ocurrido para un receptor, a partir de principios, leyes, datos o modelos. Una explicación no se limita a describir lo ocurrido, sino a justificar la conexión entre causas y efectos.

El término deriva del latín explicatio, de explicare “desplegar, aclarar”. En distintos campos se manejan tipos de explicación: causal (una relación de causa y efecto), funcional o estructural (el modo en que funciona un sistema), y explicaciones basadas en modelos o teorías. En ciencia, se distingue entre explicaciones deductivas, inductivas y abductivas. También existen explicaciones descriptivas frente a explicaciones justificativas o normativas, según el objetivo comunicativo.

Una explicación eficaz suele enunciar un objetivo, describir el fenómeno, proponer una hipótesis o modelo, presentar evidencia y mostrar cómo se derivan las conclusiones. Emplea razonamiento lógico, analogías, ejemplos y, a menudo, experimentos o simulaciones. Debe señalar supuestos, límites y el alcance de la explicación para evitar ambigüedades.

En educación y comunicación, la claridad, la organización y la consideración de los conocimientos previos favorecen la comprensión. La calidad de una explicación se evalúa por su suficiencia, coherencia y capacidad de predicción, así como por su verificabilidad ante nuevas evidencias o situaciones.

Por ejemplo, explicar por qué el hielo se derrite al aumentar la temperatura implica describir la energía cinética de las moléculas y cómo supera las fuerzas de enlace que mantienen el sólido.