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apolipoproteina

Las apolipoproteínas son proteínas que forman la superficie de las lipoproteínas y cumplen funciones estructurales, de reconocimiento y de activación en el metabolismo de los lípidos. Se sintetizan principalmente en el hígado, y algunas en el intestino, y se asocian de manera específica a distintas lipoproteínas, determinando su destino y función en la circulación.

Entre las más estudiadas se encuentran la apolipoproteína B (apoB), con variantes apoB-100 y apoB-48; la apolipoproteína

La presencia de Apo(a) asociada a ApoB en lipoproteína(a) es un factor de riesgo independiente para la

A
(principalmente
apoA-I
y
apoA-II);
las
apolipoproteínas
C
(apoC-I,
C-II
y
C-III);
y
la
apoE.
ApoB-100
es
un
componente
estructural
de
VLDL
y
LDL
y
actúa
como
ligando
principal
para
el
receptor
LDL.
ApoB-48
se
expresa
en
el
intestino
y
es
esencial
para
la
formación
de
quilomicrones.
ApoA-I
es
el
componente
mayoritario
de
HDL
y
participa
en
la
movilización
del
colesterol
(transporte
inverso)
y
en
la
activación
de
la
LCAT.
ApoC-II
activa
la
lipoproteína
lipasa,
favoreciendo
la
hidrólisis
de
triglicéridos.
ApoE
facilita
la
eliminación
de
quilomicrones
y
remanentes
mediante
receptores
hepáticos
y
está
implicada
en
la
homeostasis
lipídica
y
en
factores
de
riesgo
neurodegenerativos.
aterosclerosis.
Las
diferentes
isoformas
de
ApoE
influyen
en
los
perfiles
de
lípidos
y
se
asocian
con
riesgo
de
enfermedad
cardiovascular
y,
en
algunas
variantes,
con
la
enfermedad
de
Alzheimer.
En
clínica,
la
medición
de
apoB
y
de
apoA-I,
así
como
la
relación
apoB/apoA-I,
se
utiliza
para
evaluar
el
riesgo
aterogénico
más
allá
del
LDL-C.