antifúngosa
Los antifúngos son fármacos utilizados para tratar infecciones causadas por hongos. Pueden ser fungicidas (matan al hongo) o fungistáticos (inhiben su crecimiento). Se emplean en infecciones superficiales y sistémicas, y su elección depende de la especie causante, la localización de la infección, la gravedad y el estado inmunológico del paciente.
Las principales clases son: polienos (anfotericina B y nistatina), que se unen al ergosterol de la membrana
El espectro y uso varían por clase. Los azoles y polienos cubren candidiasis y muchas infecciones sistémicas;
Efectos adversos e interacciones: la anfotericina B puede provocar nefrotoxicidad; muchos azoles causan hepatotoxicidad e interacciones
La resistencia fúngica, por mutaciones en blancos diana o por biofilms, está en aumento. El uso razonable