aislantes

Los aislantes son materiales o componentes cuyo objetivo es impedir o reducir la transferencia de energía entre dos regiones o cuerpos. En ingeniería, el término se aplica principalmente a tres funciones: el aislamiento eléctrico, el aislamiento térmico y el aislamiento acústico, aunque un mismo material puede combinar varias propiedades.

El aislamiento eléctrico busca evitar la conducción de la electricidad y protege a personas y equipos frente a descargas y cortocircuitos. Los materiales aislantes deben presentar alta resistividad y estabilidad eléctrica bajo las condiciones de operación. El aislamiento térmico tiene como objetivo disminuir la transferencia de calor entre dos ambientes, aumentando la eficiencia energética de edificios, equipos y sistemas de transporte. Los materiales deben presentar baja conductividad térmica, estabilidad a la temperatura y, a menudo, resistencia mecánica. El aislamiento acústico reduce la transmisión de sonido entre espacios, mejorando el confort y cumpliendo requisitos de normativa.

Las propiedades clave para seleccionar un aislante incluyen la resistividad eléctrica o la conductividad térmica, la inercia térmica, la densidad, la temperatura de operación, la inflamabilidad, la durabilidad, la compatibilidad química y el coste. Los aislantes pueden ser naturales o sintéticos y pueden presentarse en forma de láminas, espumas, fibras, selladores o composite.

Materiales comunes: para aislamiento eléctrico se utilizan porcelana, vidrio, plásticos y resinas; para aislamiento térmico, espumas de poliuretano, poliestireno, fibra mineral y aerogel; para aislamiento acústico, lana de roca o mineral, espuma acústica y paneles perforados. Los aislamientos se aplican en redes de distribución eléctrica, componentes electrónicos, edificios, vehículos y sistemas industriales, siempre considerando normativas de seguridad y desempeño.