Androgénico

Androgénico es un término que describe las propiedades o efectos de los andrógenos, hormonas como la testosterona y la dihidrotestosterona (DHT) que se activan a través del receptor de andrógenos. En farmacología, la actividad androgénica se refiere a la capacidad de una sustancia para estimular este receptor y producir efectos relacionados con la sexualidad y el desarrollo masculino, en contraste con efectos anabólicos que promueven la síntesis de proteínas y el crecimiento de tejidos.

En humanos, los andrógenos se producen principalmente en los testículos, y en menor medida en las glándulas suprarrenales y, en las mujeres, en los ovarios. Durante la pubertad, los efectos androgénicos incluyen el desarrollo de características sexuales secundarias masculinas, como aumento de la masa muscular, cambio en la voz y crecimiento de vello facial y corporal. En la edad adulta, contribuyen al deseo sexual, la densidad ósea y la composición corporal. El DHT tiene mayor afinidad por el receptor androgénico y es particularmente importante en tejidos como la piel y la próstata.

Mecanismo: los andrógenos atraviesan la membrana celular y se unen al receptor de andrógenos, que se transloca al núcleo y regula la transcripción de genes. En algunos tejidos, una parte de la actividad puede convertirse en estrógenos mediante aromatización, añadiendo complejidad a sus efectos.

Clínicamente, sustancias con actividad androgénica se emplean en terapia de reemplazo de testosterona y en tratamientos de afirmación de género, entre otros usos. También están involucradas en el ámbito de los esteroides para el rendimiento, donde la relación entre actividad androgénica y anabólica es relevante. Entre sus efectos adversos se incluyen acné, cambios de ánimo, crecimiento prostático y virilización en mujeres o niños.