volcanismo

El volcanismo es el conjunto de procesos geológicos que permiten la formación, el ascenso y la salida de magma y otros materiales desde el interior de la Tierra hacia la superficie o su cercanía. Incluye tanto las intrusiones que no alcanzan la superficie (volcanismo plutónico) como las erupciones que expulsan lava, ceniza, gases y fragmentos (volcanismo volcánico). Estas actividades están estrechamente vinculadas a la tectónica de placas: en las zonas de subducción, en las dorsales oceánicas y alrededor de puntos calientes se concentra la actividad volcánica.

Existen distintos tipos y escenarios de volcanismo. El volcanismo efusivo genera flujos de lava que forman lavas relativamente fluidas, llanuras volcánicas y domos. El volcanismo explosivo expulsa grandes cantidades de ceniza, pumita y fragmentos, a veces acompañados de gases tóxicos y fragmentos pesados. El volcanismo freatomagmático resulta de la interacción entre magma y agua, aumentando la violencia de la erupción. También hay volcanismo subglacial, que se desarrolla bajo hielo, y volcanismo plutónico, que consiste en intrusiones de magma que se solidifican sin erupción.

Los volcanes producen magmas de diversa composición, dando lugar a rocas como basalto, andesita, dacita y riolita. La viscosidad de la lava, la composición y la presencia de gases influyen en el estilo eruptivo y en la forma del volcán.

Los riesgos volcánicos incluyen flujos de lava, caída de ceniza, flujos piroclásticos, lahares y emisiones de gases. Su monitoreo se realiza mediante sismología, deformación del terreno, análisis de gases y observación satelital. El volcanismo juega un papel importante en la formación del relieve, la fertilidad de los suelos y, a través de aerosoles y gases, en el clima a corto plazo. Ejemplos notables incluyen Etna, Popocatépetl y Kilauea.