vancomicina

Vancomicina es un antibiótico glicopéptido de uso reservado, activo principalmente frente a bacterias grampositivas. Su mecanismo de acción consiste en unirse a los residuos D-alanina-D-alanina de las cadenas de peptidoglucano, inhibiendo la síntesis de la pared celular. Se administra por vía intravenosa para infecciones sistémicas; la forma oral no se absorbe y se utiliza para colitis por Clostridioides difficile.

Es activo frente a Staphylococcus aureus (incluido MRSA), Streptococcus y enterococos susceptibles; no es eficaz frente a bacterias gramnegativas y su acción frente a enterococos resistentes a vancomicina (VRE) es limitada. Se emplea para infecciones graves por grampositivas y cuando hay resistencia a betalactámicos, como endocarditis, neumonía, osteomielitis y sepsis; la forma oral se reserva para C. difficile.

Farmacocinética: la vancomicina se administra principalmente por vía IV en la mayoría de infecciones, con absorción oral mínima. Distribuye ampliamente, con penetración variable en LCR; mejora en meningitis. Se elimina principalmente por vía renal y requiere ajuste en insuficiencia renal. La monitorización de concentraciones plasmáticas ayuda a optimizar la eficacia y minimizar la toxicidad.

Efectos adversos y seguridad: entre los más relevantes están la nefrotoxicidad y la ototoxicidad, que aumentan con dosis altas o con uso concomitante de otros fármacos nefrotóxicos. El “red man syndrome” es una reacción de liberación de histamina asociada a una infusión rápida. Otras reacciones adversas son poco frecuentes.

Resistencia y historia: la resistencia puede surgir por genes vanA/vanB o por engrosamiento de la pared celular (VISA); el VRSA es rarísimo. Vancomicina fue aislada de Amycolatopsis orientalis en 1953 y se introdujo clínicamente en la década de 1950.

Uso en embarazo: se emplea cuando los beneficios superan los riesgos y debe ser supervisada por un profesional de la salud.