tubérculos

Los tubérculos son órganos de reserva que se forman principalmente en tallos subterráneos o, menos comúnmente, en raíces, como respuesta a condiciones de crecimiento y climáticas. Su función principal es almacenar nutrientes, especialmente almidón, para sostener la planta durante períodos de dormancia y para facilitar la reproducción vegetativa.

Existen dos grandes tipos: tubérculos de tallo, que se originan a partir de tallos subterráneos y suelen presentar yemas o ojos de donde brotan nuevos tallos; y tubérculos radiculares (tuberosas de raíz), que se originan a partir de raíces engrosadas y, en estos casos, las yemas se encuentran menos conspicuas.

El ejemplo clásico de tubérculo de tallo es la papa (Solanum tuberosum), donde los tubérculos se forman a partir de estolones y presentan ojos. Las batatas o camotes (Ipomoea batatas) son ejemplos de tubérculos de raíz, en los que el almacenamiento tiene lugar principalmente en las raíces.

La reproducción vegetativa de las plantas mediante tubérculos es común: al separar un tubérculo y plantarlo, pueden brotar nuevos tallos sin necesidad de semillas. En agricultura y horticultura, los tubérculos son valiosos por su alto rendimiento energético y su facilidad de almacenamiento.

Entre las consideraciones agronómicas se incluyen el manejo para evitar la germinación prematura, control de plagas y enfermedades, y conservación durante el almacenamiento para evitar deterioro por humedad, temperatura y brotación.