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pilosebáceos

Los pilosebáceos, en dermatología, se refieren a la unidad pilosebácea, integrada por el folículo piloso, la glándula sebácea y, asociado al folículo, el músculo arrector pili. Esta unidad se localiza principalmente en la dermis y está dispersa por casi toda la piel, con mayor densidad en la cara, el cuero cabelludo, la parte superior del tronco y la espalda. En mucosas y en la piel sin vello glabro la presencia de glándulas sebáceas es limitada.

La glándula sebácea produce sebo, una sustancia lipídica que se excreta en el canal del folículo o

La actividad de las glándulas sebáceas está regulada, en gran medida, por andrógenos. Durante la pubertad se

Las alteraciones de las unidades pilosebáceas están implicadas en diversas condiciones dermatológicas. La acumulación de queratina

directamente
en
la
superficie
cutánea
a
través
del
poro.
El
sebo
lubrica
la
piel
y
el
cabello,
contribuye
a
la
barrera
lipídica
de
la
piel
y
tiene
funciones
antimicrobianas.
El
folículo
piloso
es
la
estructura
estructural
desde
la
cual
surge
el
cabello,
y
el
músculo
arrector
pili
puede
contraerse
para
erizar
el
vello,
asociado
con
la
respuesta
pilomotora.
produce
un
aumento
de
la
secreción
de
sebo,
lo
que
puede
modificar
la
textura
del
cabello
y
la
piel.
El
proceso
de
secreción
sebácea
es
holocrino,
con
la
desintegración
de
las
células
que
liberan
lípidos.
en
el
canal
folicular,
la
hiperactividad
de
la
glándula
sebácea
y
la
colonización
por
bacterias
como
Cutibacterium
acnes
contribuyen
a
el
acné
vulgar,
con
comedones,
inflamación
y
lesiones
noduloquísticas.
Otras
condiciones,
como
la
dermatitis
seborreica,
también
involucran
componentes
pilosebáceos,
aunque
su
etiología
es
multifactorial.
En
clínica,
la
comprensión
de
la
unidad
pilosebácea
guía
tratamientos
como
retinoides,
antimicrobianos
tópicos
y,
en
casos
moderados
o
severos,
terapias
hormonales
o
sistémicas.