picadura

Una picadura es la lesión de la piel provocada por la picadura o pinchazo de un insecto, arácnido u otro animal, o por la exposición a sustancias irritantes. Las picaduras más comunes provienen de mosquitos, abejas, avispas, hormigas, garrapatas y arañas, y también pueden ocurrir por plantas urticantes o por productos químicos irritantes.

Los síntomas típicos incluyen dolor, escozor, enrojecimiento e hinchazón en el sitio de la picadura, y a veces una pequeña ampolla o picor intenso. En personas sensibles o en casos de múltiples picaduras, la hinchazón puede ser marcada. Las reacciones alérgicas pueden progresar a urticaria generalizada, dificultad para respirar, mareos o hinchazón de cara o garganta; estas situaciones requieren atención médica urgente.

Primeros auxilios: si permanece el aguijón, retírelo con cuidado, evitando apretar el saco de veneno. Lave la zona con agua y jabón, aplique frío para reducir la hinchazón y evite rascar. En el manejo inicial puede usarse un antihistamínico oral para el picor y, si no hay contraindicación, una crema de hidrocortisona de baja potencia para prurito persistente. Analgésicos habituales pueden ayudar con el dolor.

Cuándo buscar atención médica: acudir si hay signos de infección (aumento del enrojecimiento, calor, fiebre), dolor creciente, dificultad para respirar, hinchazón que se extiende al rostro o a la garganta, o si la persona tiene antecedentes de alergia severa. También se recomienda consulta médica si la picadura es de áreas propensas a infecciones o si no mejora en 24–48 horas.

Prevención: evitar zonas con gran densidad de insectos, usar repelentes y ropa protectora, revisar la piel y la ropa tras actividades al aire libre, y mantener vacunas al día para heridas que requieran atención.