flotabilidad

La flotabilidad es la capacidad de un cuerpo para mantenerse a flote en un fluido o navegar en él, resultado de las fuerzas de flotación que actúan sobre el cuerpo. En términos prácticos, estas fuerzas explican por qué algunos objetos flotan y otros se hunden.

Según el principio de Arquímedes, la fuerza de flotación es igual al peso del fluido desplazado por el cuerpo y actúa hacia arriba. Si el peso del cuerpo es menor que esa fuerza, el objeto flota; si es mayor, se hunde; si son iguales, aparece la flotación neutra, que permite mantener una posición estable dentro del fluido.

La flotación depende de la densidad relativa entre el cuerpo y el fluido. Un objeto menos denso que el fluido tiende a flotar, mientras que uno más denso se hunde. La flotación neutra ocurre cuando las densidades son iguales, lo que facilita conservar una posición constante sin subir ni bajar.

En la práctica, la densidad del fluido puede variar con la temperatura, la salinidad y la presión, lo que modifica la flotabilidad. En gases, la flotación se logra o se mantiene alterando la densidad de los gases (por ejemplo, calentando un globo para hacerlo ascender). En líquidos, los cambios de temperatura o composición del fluido alteran la densidad y, por tanto, la flotación.

Las aplicaciones incluyen barcos y buques que desplazan suficiente agua para soportar su peso, submarinos que ajustan su peso con tanques de lastre para lograr flotación controlada, y globos aerostáticos que se elevan o se mantienen en altura mediante diferencias de densidad entre el interior y el exterior. En biología, peces y aves utilizan la flotabilidad para regular su posición en el medio para distintos usos vitales.