cisticercos

Los cisticercos son las formas larvarias de ciertas tenias del género Taenia y se desarrollan en los tejidos de los huéspedes intermedios. Las especies de mayor relevancia clínica son Taenia solium, que se aloja en cerdos, y Taenia saginata, en vacas. En el ciclo normal, el humano es el huésped definitivo, al albergar el gusano adulto en el intestino tras ingerir carne cruda o poco cocida que contiene cisticercos. La infección por huevos, producida al ingerir material contaminado con heces de portadores, da lugar a cisticercosis, una infección larvaria que puede afectar músculos, ojos y, sobre todo, el sistema nervioso central. La neurocisticercosis es una de las causas principales de epilepsia en zonas endémicas.

El cisticerco es una vesícula llena de líquido que contiene una scolex invaginada. Si permanece viable, puede evadir la respuesta inmune durante años; al morir o calcificarse, provoca inflamación local y suele asociarse a síntomas según la localización afectada. La infección muscular suele ser asintomática o dolorosa; la afectación ocular puede comprometer la visión; la neurocisticercosis puede dar crisis convulsivas, dolor de cabeza y déficits neurológicos.

El diagnóstico combina evaluación clínica con pruebas de imagen (tomografía computarizada o resonancia magnética para la neurocisticercosis) y pruebas serológicas; para taeniasis intestinal, se utiliza examen de heces. El tratamiento depende de la localización y puede incluir antihelmínticos (albendazol o praziquantel), corticosteroides para controlar la inflamación y manejo de convulsiones. En lesiones oculares puede requerirse cirugía. La prevención se sustenta en la cocción adecuada de la carne, inspección veterinaria, higiene y saneamiento, y en prácticas de manejo de porcinos para reducir la transmisión.