activismo

El activismo es un conjunto de prácticas que buscan influir en decisiones políticas, sociales o culturales para promover cambios. Suele desarrollarse a través de la acción colectiva organizada, la defensa de argumentos y la presión a autoridades, empresas o instituciones.

Las tácticas incluyen protestas, huelgas, boicots, peticiones, campañas de sensibilización, lobby, participación en consultas públicas, litigio, y, en la era digital, activismo en línea, campañas en redes sociales, uso de hashtags y difusión de información.

Sus raíces se remontan a movimientos de reforma, sindicales y de derechos civiles. En el siglo XX se diversificó con movimientos por derechos humanos, género y medio ambiente. En la década de 2000 y 2010 lo digital transformó la participación, permitiendo coordinación más rápida y alcance global.

Pueden participar individuos, organizaciones no gubernamentales, sindicatos, comunidades y coaliciones. El activismo puede fomentar cambios legislativos, políticas públicas, prácticas empresariales y mayor conciencia social, aunque su impacto varía y a veces se percibe como simbólico o contraproducente.

Se discuten la efectividad, el riesgo de cooptación, la superficialidad de ciertas campañas slacktivismo, y consideraciones éticas como la seguridad de participantes y el respeto a derechos. El activismo suele buscar mecanismos no violentos, aunque existen movimientos que recurren a la acción directa.

Entre ejemplos se encuentran movimientos por derechos civiles, feministas, ambientales, laborales y de derechos digitales.