Vitrificados

Vitrificados es el término utilizado para describir materiales que han experimentado vitrificación: un estado vítreo y amorfo obtenido al calentar una mezcla de componentes a altas temperaturas y enfriarla de forma controlada para evitar la cristalización. En cerámica y construcción, la vitrificación es un proceso clave que produce productos de alta densidad y baja porosidad, capaces de resistir mejor la absorción de agua y el desgaste.

Durante la cocción, los componentes se funden y, gracias a la adición de fluxos, la mezcla alcanza una temperatura de fusión suficiente para formar una fase vítrea que se integra a la matriz. El enfriamiento posterior debe ser controlado para mantener la estructura amorfa sin cristales perceptibles. Los materiales no vitrificados tienden a ser más porosos y menos resistentes a la abrasión y a la humedad.

Las aplicaciones de los materiales vitrificados son amplias. En cerámica, las baldosas vitrificadas, incluida la porcelana, ofrecen superficies muy duras y poco porosas. También se emplean en tuberías, sanitarios y otros componentes cerámicos. En la industria del vidrio, la vitrificación es fundamental para producir vidrio y esmaltes. En gestión de residuos, la vitrificación de desechos peligrosos o radiactivos inmoviliza los contaminantes al incorporarlos en una matriz vítrea estable.

La terminología suele utilizarse para describir productos con propiedades vitrificadas, como cerámica vitrificada o porcelanato vitrificado. Etimológicamente, proviene del latín vitrificare, que significa convertir en vidrio.