Segregación

La segregación es la separación de grupos de personas según características como raza, etnia, religión, sexo o clase social, ya sea por normas jurídicas, políticas públicas o prácticas sociales. Puede ser formal, cuando está respaldada por leyes, o informal, cuando se mantiene por costumbres, estigmas o estructuras de poder que limitan la interacción entre grupos.

Se manifiesta en áreas como la vivienda, la educación, el empleo, la atención de salud y el acceso a servicios públicos. Sus formas principales incluyen la segregación racial o étnica, la segregación religiosa, de género, educativa, residencial, laboral y de servicios, que pueden coexistir en el mismo sistema social.

Históricamente, la segregación racial se institucionalizó en Estados Unidos con las leyes de Jim Crow y la doctrina de separar pero igual; fue cuestionada y finalizó en gran medida durante las décadas de 1960 y 1970. En Sudáfrica, el régimen de apartheid (1948-1994) delimitó ciudades, escuelas y empleos por raza. Otras experiencias se vinculan a políticas de castas, fronteras urbanas y exclusión laboral. En el plano internacional, la Declaración Universal de Derechos Humanos y diversos tratados prohíben la discriminación, y muchos países han promulgado leyes para prohibir la segregación, aunque persisten formas de segregación de facto.

Los impactos de la segregación incluyen desventajas persistentes en educación, empleo, ingresos y vivienda, así como efectos negativos en la salud, la cohesión social y la legitimidad de las instituciones. Sus costos sociales son altos y suelen reforzar la desigualdad intergeneracional.

Las respuestas se apoyan en reformas legales, políticas de acción afirmativa, programas de integración educativa y urbana, y mecanismos de vigilancia de la discriminación. El debate contemporáneo a menudo se centra en equilibrar la libertad de asociación con la necesidad de garantizar igualdad de oportunidades y acceso a derechos básicos.