Fagocita

Fagocita es la forma en presente de indicativo del verbo fagocitar. En biología, fagocitar significa ingerir y digerir partículas, microorganismos o células extrañas mediante un proceso denominado fagocitosis. Este término se utiliza para describir la acción realizada por células o por organismos unicelulares que consumen partículas del entorno, ya sea como defensa o como fuente de nutrición.

La fagocitosis es un mecanismo complejo que suele seguir al reconocimiento de la diana por receptores, la extensión de seudópodos y la internalización de la partícula formando un fagosoma. Este fagosoma se fusiona con lisosomas para formar un fagolisosoma, donde enzimas digestivas y especies reactivas de oxígeno degradan el material engullido. En muchas ocasiones, las macromoléculas resultantes se presentan a otras células del sistema inmunitario para activar una respuesta.

Tipos de fagocitos: las células fagocíticas profesionales, como neutrófilos, macrófagos y células dendríticas, son las principales ejecutoras. Otras células, denominadas fagocitos no profesionales, pueden realizar fagocitosis de forma menos eficiente, por ejemplo algunas células epiteliales. La fagocitosis es crucial para eliminar patógenos, limpiar células muertas y mantener la homeostasis tisular.

La eficiencia de la fagocitosis puede verse influida por opsonización (recubrimiento de partículas con anticuerpos o complemento) que facilita el reconocimiento. Deficiencias o disfunciones en la fagocitosis se asocian a mayor susceptibilidad a infecciones y a ciertas enfermedades genéticas, como la enfermedad granulomatosa de macrófagos o el síndrome de Chediak-Higashi, que afectan la capacidad de las células fagocíticas para matar patógenos o madurar lisosomas.

Etimología: fagocita proviene de fagocitar, cuyo origen está en griego phagein (comer) y kutos (célula), reflejando la idea de “comer células o partículas”.