santificar

Santificar es un verbo del español que significa hacer santo, declarar sagrado o dedicar para uso sagrado. En un sentido religioso, se refiere al proceso por el cual una persona, un objeto o un lugar llega a ser considerado santo o agradable a lo divino. También se utiliza para indicar la acción de volver algo o alguien más apto para la vida religiosa.

Etimológicamente procede del latín sanctificare, formado por sanctus, “santo”, y facere, “hacer”. De ahí derivan también palabras como santidad, santificación y santo.

En la teología cristiana, la santificación describe la obra de Dios en la vida del creyente para hacerlo más santo. Implica la transformación interior por la gracia, mediada por la fe, la oración, la participación en los sacramentos y la práctica de virtudes. En la Iglesia Católica se distingue entre justificación (ser declarado justo) y santificación (ser hecho santo), visto como un proceso continuo a lo largo de la vida. Los sacramentos y las prácticas devocionales son rutas habituales para la santificación.

El verbo también se usa en sentido litúrgico para referirse a consagrar o dedicar algo o alguien al servicio de Dios, como una iglesia, un templo, un día o un objeto sagrado.

En otras tradiciones cristianas, la santificación se entiende como la obra de la gracia divino en la vida del creyente, a veces enfatizando la maduración espiritual y la obediencia como resultado de la fe. En uso general, santificar puede emplearse metafóricamente para señalar algo que se vuelve particularmente digno o sagrado.